Sunday, December 10, 2006

Antes del arte: Experiencias Perceptivas, ópticas, estructurales

Hola a todos, os envío un texto que leí este pasado jueves en el Museo de
Arte Contemporáneo de Valencia
sobre un tema muy oportuno para nuestra clase de Hermenéutica, muy propio y muy acorde, sobre todo con el libro de Danto sobre el fin del arte.
Un saludo a todos
Marcos Luque


Ya no se trata de saber que es el arte. Se trata de averiguar si en verdad existe. Se trata de saber si hay una artisticidad congénita, o bien si se trata de una serie de fenómenos aislables, controlables, conscientemente producibles y hasta técnicamente reproducibles.
No se trata de teorizar, sino de suscitar hipótesis, cuyos límites, además de ser estrictamente metodológicos, ni excluyen otras metodologías, ni pretenden disimular su propia limitación.
¿Qué significa situarse "antes del arte"?
La hipótesis no puede ser más sencilla: rastrear el camino que va de la ciencia al arte. El único modo indiscutiblemente positivo de abordar la cuestión, consiste en ilustrar con ejemplos los comportamientos, procesos, fenómenos, estructuras, formulaciones, etc., que se hayan en la base misma de la fenomenología artística, pero limitando tales ejemplos a sus conexiones con la ciencia. La hipótesis consiste en aislar esos datos elementales, dándoles representación visiva, sea gráfica, sonora, corpórea, traslativa o reproductiva, estática o dinámica.
No hay razón para excluir el establecimiento de relaciones isomorfas entre la ciencia y el arte, recurriendo al sencillo expediente de reproducir fenómenos científicos en contextos "artísticos" y con los medios que habitualmente sirven a las artes. Es decir: se trata de crear isomorfismos capaces de ejemplificar con claridad, situándonos "antes" de la experiencia artística ya elaborada, cuáles son los fundamentos reales de eso que llamamos "arte", fabricando los modelos para evidenciar su conexión con el mundo físico, con las formulaciones matemáticas, con los comportamientos de la visión y la percepción, etc.
Las estructuras (de cualquier clase que sean) pueden originar familias (categorías) de estructuras. Desde este ángulo, la propuesta metodológica inicial planteada antes del arte, se basa en presentar modelos de equivalencias, procurando fáciles términos comparativos, apoyándose en la simplicidad que es dable observar con el apoyo de las ciencias exactas y naturales, trazando un puente definido hacia actividades humanas -como el arte- compléjamente constituidas y condicionadas por múltiples factores, los
cuales, a su vez, pueden ser eslabones de complejos y múltiples encadenamientos. Tal es la primera de las dificultades con las que, segun Lévi-Strauss, se enfrenta el método estructuralista: hallar, tras la complejidad de los fenómenos observados por la experiencia sensible, el mínimo de factores susceptibles de ser considerados como verdaderamente pertinentes. El segundo obstáculo, reside en buscar el camino para
considerar relaciones entre las cosas, en vez de considerar las cosas en si mismas, pues ciertos fenómenos que ofrecen grandes dificultades para ser explicados (entre los que obviamente se encuentran los de índole estética), quizá signifiquen,disminuyendo sus variables, al considerarlos a través de sus relaciones.
El modelo es una simplificación fabricada para evidenciar la intrínseca simplicidad de la estructura; es un ejemplo que propone la reducción de los factores; es un dato que no debe ser considerado en si mismo como tal estructura, sino como camino para descubrir realidades.
Por tanto, la relación estructural establecida al trasladar un modelo no artístico hasta los umbrales del arte, no se propone a la experiencia solamente para dar indicaciones clasificatorias: lo que verdaderamente importa es hacer reconocibles los ingredientes de ese conjunto de relaciones a las que llamamos arte; y no para trazar caminos intransitables o recorridos por factores muertos, sino para poder profundizar en la significación de su funcionamiento.
El arte ha perdido la iniciativa. Los auténticos impulsos renovadores, surgen de las ciencias y las técnicas. Por lo tanto, está justificada una hipótesis metodológica que proponga representar drásticamente desde antes del arte, desde los datos que compongan nueva información fundamental, aunque esa postura tenga valor simbólico en no pequeña medida.
Hasta aquí hemos visto un aspecto de una posibilidad. Suponemos que también habrán aparecido algunas de sus limitaciones, entre las que destaca sobre todas la misma finalidad del método, cuyo primer objetivo no es resolver problemas, sino plantearlos.
Es necesario repetir lo que ya hemos dicho en otra ocasión, llamando la atención hacia el archisabido y dramático desnivel informacional existente entre las ciencias y las artes. No se trata de valorar la comunicación emanada del objeto, sino de saber
primero qué es el objeto y cuáles son los datos que le hacen ser comunicante. La propuesta no pretende negar a priori la artisticidad del arte, sino considerar racionalmente el mayor número posible de los factores básicos que acaso constituyan esa artisticidad. De ahí que, como en el campo puramente científico, sea metodológicamente lícita la reconstrucción y el simulacro del objeto para materializar una referencia, desde la cual sea posible establecer relaciones racionales, pertinentes, comprobables,aclaratorias.
Aquí, lo pertinente reside justamente en la norma metodológica adecuada para establecer los nexos que, desde los avances científicos, pueden reconstruir el puente entre las ciencias y las artes. Dicho de otro modo: posibilitar una experiencia artística que no ignore los hallazgos y las constantemente incrementadas comprobaciones de la ciencia.
La teoría de la información suministra bases para conjeturar la eficacia de los mensajes, los factores de novedad y ambigüedad, el papel de las variantes, la transmisión de los efectos y las posibilidades de reproducción de un objeto, modelo o problema. La teoría de la comunicación nos conduce a la ordenación fundamental con la que la semiótica intenta elaborar una teoría general de los signos, mientras la semántica estudia la producción y el funcionamiento de los significados y de sus cambios.La psicología experimental investiga comportamientos de la percepción. El estructuralismo ha replanteado la revisión crítica de las metodologías fundamentales. La cibernética está creando modelos susceptibles de analizar y reproducir el
comportamiento humano, suministrando instrumentos operativos cada vez mas veloces y complejos, incluso en la actividad gráfica del diseño y en las posibilidades combinatorias de factores aislados presentes en las configuraciones artísticas.
Dada la situación actual, son necesarias las hipótesis que indiquen la discusión global y polémica del microcosmos artístico. Los artistas y críticos de arte, nos hemos quedado atrás: sólo falta reconocerlo y obrar en consecuencia. No hay inconveniente legítimo que impida intentar ese comienzo.Es preciso aceptar que el reconocimiento está en la comprobación del funcionamiento de los estímulos primarios y de su entidad real; está en las constataciones y comparaciones de las estructuras del mundo natural y sus leyes; está en los procesos de la percepción, en los funcionamientos psico-fisiológicos; está en sentar las bases racionales y relacionales,por muy fragmentarias y rudimentarias que sean todavía, para que lo artístico pueda coadyuvar a la humanización del hombre. Se trata de dar prioridad a la búsqueda de comunicación eficaz, esa imperdonable omisión del arte
"artístico" de nuestro tiempo.

Aguilera Cerni

(Del catálogo de la exposición Antes del arte en la galería Eurocasa, Madrid, octubre 1968)

Marcos Luque

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Hola, Marcos:
Llevo varios días con la idea de hacer algún comentario a tu post. Imposible entre unas cosas y otras. Quizá esta tarde...

4:36 AM  

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