Sunday, November 26, 2006

¿Qué es arte? Una reflexión de Rocío Alamillo



Como podemos observar en este chiste sobre el arte el moderno, ahora ya no podemos preguntarnos qué elemento es artístico y qué elemento no, porque hoy en día todo es arte. La gente se pregunta, ¿por qué no?, esa manguera también, de modo que "necesitan" colocar un letrero para especificar que esa manguera tan bien colocada no es objeto de una valoración artística, para que todas aquellas personas que no apliquen una hermenéutica de carácter filosófico a la obra, por desconocimiento de la materia, valoren algo, que para la entidad de esa exposición, no tiene valor artístico.
Aunque yo ahora me planteo, ¿por qué no? Seguramente si alguien colocase una manguera de una forma más o menos estética y quisiese transmitir un mensaje concreto, también sería arte. Quizás sea esa la razón que no la categoriza en ese momento y lugar de obra artística.
¿Es un mensaje diferente y preciso lo que brilla por su ausencia detrás de esa manguera? ¿Podría ser la crítica a los posibles descuidos del ser humano que provocan un fuego en ocasiones, un mensaje artísticamente válido para la manguera?
Espero vuestras opiniones.

Rocío Alamillos Álvarez

11 Comments:

Blogger Bárbara Artetxe said...

Hola, compañeritos hemeneutas que en clase soys :-) Cómo se puede colocar un post? Sólo veo la opción de hacer un comentario a alguno de ellos. Rocío, disculpa que no vaya a comentar ahora mismo tu post (estoy a la carrera y sin tiempo). Sólo quería recomendaros una página sobre arte y sobre las cuestiones que tratamos en clase. He leído un par de los artículos que aparecen en la página y me han parecido muy sugestivos. Ya me diréis.
www.replica21.com
Es un revista de artes visuales y parece que el lema es "Obsesiva compulsión por lo visual". Un saludo y si alguien pudiera amablemente orientarme para colocar un post. Me tuve que hacer un blog y ni aún así.
Bárbara Artetxe.

3:50 AM  
Blogger Faustino Rider said...

Hola Bárbara.
El blog está confeccionado para que sea el administrador (en este caso, un servidor) el que pueda subir los post.
Si te viene bien, puedes enviarme el contenido a mi correo electrónico -cuya imagen ves --recuerda que no hay hipervínculo, sólo es imagen-- al inicio del blog- y yo lo subo para compartirlo con el resto de compañeros.
Salud2

4:24 AM  
Anonymous Anonymous said...

Nuevamente hola:
La viñeta expresa con ironía la perplejidad del público general ante la obra de arte contemporánea. No creo que se trate tando de si cabe la pregunta de qué elemento es artístico y cuál no como de ilustrar con sorna un cierto sentimiento de fraude o de tomadura de pelo. Escribió Albert Boadella: "...este sentimiento de fraude frente al llamado arte
contemporáneo es algo abrumadoramente mayoritario y
sin entrar a dilucidar donde está la razón, existen
serias dudas sobre la trascendencia de unas formas que
llevan casi un siglo tratando de imponerse, y no han
conseguido interesar más que a aquellos que comen
directa o indirectamente de ellas. Fuera de estos
círculos, no se ha obtenido la mínima aceptación a
pesar de los medios de difusión, y esto es igual aquí,
en Francia o en el Polo Norte. La sorna popular sobre
los informalismos sigue siendo la misma. Con el sobado
método de acomplejar al que no alcanza los herméticos
significados, lo único que se ha logrado es un
silencio indiferente y el aumento del taquillaje en el
Museo del Prado".
En realidad la pregunta a plantear no es acerca del elemento como elemento artístico en sí. Una manzana no es un objeto artístico en sí; pero sí tema artístico para un bodegón...de Cézanne, por ejemplo.
Cualquier elemento puede ser tema para la representación. No es esto lo que el público discute o contradice. Lo que es motivo de debate, de disgusto, de sorna, de sensación de fraude es que en el arte contemporáneo no existe el tema (generalizando mucho, lo sé), no sabemos qué quiere decirnos el autor, por qué una manguera ya no esa esa manguera si la ubicamos bajo el foco del arte. Hay un poco la sensación de que el artista contemporáneo se expresa pero sólo él mismo se entiende. Que en realidad no establece un diálogo con el espectador, que lo excluye, lo derrota...y que ni es posible ya la hermenútica. Algo así :-)
Bárbara Artetxe.

4:54 AM  
Anonymous Anonymous said...

Experiencia ¿Estética?

"…la idea de belleza parecía cognitivamente vacía, lo cual explicaba en parte la vacuidad como disciplina de la estética, que tanto se había apoyado en la belleza como concepto central. En todo caso, la estética parecía tan poco vinculada al devenir del arte de la última parte del siglo que todo el interés filosófico que el arte pudiera seguir teniendo se podía abordar sin preocuparse demasiado por ella, o sin preocuparse por ella en lo más mínimo".
Danto, Arthur. El abuso de la belleza, Paidós estética, p.43

Es una lástima que accediera a la idea de Danto traída aquí a colación después de exponer en clase mi “Experiencia ¿Estética?”, pues hubiera servido como un refuerzo a la misma auspiciado por el siempre influyente “principio de autoridad”.

Haciendo memoria…

Todo proceso perceptivo supone una actitud activa por parte del receptor, quien construye el significado a partir del significante. Es decir, el significante no contiene el significado, sino que provoca su búsqueda. Obliga a ser definido semánticamente. Y digo “obliga” porque considero que la elaboración del significado no es facultativa, sino que forma parte de la naturaleza de todo proceso perceptivo. (Somos seres condenados a la significación).
Desde el momento en que una imagen posee la capacidad de seducirnos mediante un efecto de remisión hacia algo que ella no contiene, las cualidades estructurales (estéticas) de la imagen se erigen en intermediarias de las cualidades semióticas, relacionadas directamente con el goce espectatorial. (De la misma forma que los sentidos son vías intermediarias del conocimiento).

Lessing en su “Laoconte”:

“Lo que encontramos bello en el arte no es lo que nuestros ojos, sino nuestra imaginación a través de nuestros ojos, descubren hermoso en él”.

Es decir, que el registro perceptivo no es causa de un hipotético placer o goce en la contemplación icónica, sino del proceso semiótico, el cual, al consumarse, desemboca en el placer. Por supuesto, experiencia estética, pero también, y ante todo, experiencia de lenguaje.
Pensemos en el famoso urinario; El gesto de Duchamp, transfigurando la naturaleza (eminentemente instrumental) del objeto, carga de valores semióticos a lo hasta entonces semánticamente inerte, y son dichos valores los que en nosotros, espectadores, al entrar en fruición con ellos, (al someterlos al lenguaje), inciden provocándonos placer.
Así, lo que el arte actual reclama como cualidad es el lenguaje. Cuando la obra propone un acto de lenguaje hábil, sugerente, atractivo, sugestivo, placentero…, entonces la consideramos bella. La belleza deja de ser consustancial a la obra y pasa a serlo del lenguaje. No existen obras bellas sino bellos intérpretes que se sirven de una bella proposición.
Pero..¿qué sucede cuando una obra contiene algo que resbala al lenguaje? Dejo la pregunta en el aire…

5:43 PM  
Anonymous Anonymous said...

Que el artista contemporáneo persiga provocar el encuentro del espectador con lo placentero (ni hablar de lo bello) en su obra es cosa que dudo razonablemente.
Y sin embargo parece que tú sigues creyendo que si sabemos mirar adecuadamente la obra de arte, si sabemos develar su carga semiótica, el encuentro con la belleza y lo placentero serán la recompensa. Que la belleza no está en la obra pero sí en el lenguaje, que por fuerza ha de estar en algún lado....
Muy excepcionalmente en la historia del arte ha sido la belleza el objetivo supremo y último de la obra de arte.

De todos modos no entiendo tu última pregunta. No sé qué significa "cuando la obra contiene algo que resbala al lenguaje". Pero por lo que has escrito es imposible que una obra (u objeto cualquiera) contenga algo que resbale al lenguaje. Si en alguna circunstancia tenemos esa sensación quizá es porque no acertamos a encontrar el código con que cargarlo de significado.
Te refieres a eso?
Un saludo a todos.
Bárbara.

6:37 AM  
Anonymous Anonymous said...

Hola.
Soy una alumna de Filosofía de la Universidad de Granada. Casualmente he descubierto vuestro blog sobre Hermenéutica de la Obra de Arte y he leído algunos de los artículos.
Aunque discrepo de algunas afirmaciones, quiero felicitaros por las ganas de reflexionar sobre el arte contemporáneo, que expresáis en vuestras colaboraciones.
Si no os importa, cuando acabe unos trabajos que debo presentar en varias asignaturas, ¿puedo participar en vuestro blog?
A.O.
Un saludo.

3:15 AM  
Anonymous Anonymous said...

HOla, A.O.:
Faustino Rider -administrador del blog- nos lo habilitó para los alumnos de la asignatura de Hermeneútica de la obra de arte de la UCO. Ramón Román es quien la imparte y la verdad es que pasamos buenos ratos debatiendo acerca del arte. Yo soy una alumna más pero te doy la bienvenida en nombre de todos porque imagino que a todos nos va a gustar que se incorporen gentes de otras ciudades, facultades y estudios.
Suerte con esos trabajos!
Por cierto...cómo te llamas?
Bárbara.

6:43 AM  
Anonymous Anonymous said...

No se trata de “saber ver” la obra, ni de desvelar su significado. Precisamente, el arte contemporáneo deshecha el místicamente cargado concepto de contemplación. La obra, en tanto que objeto altavoz de su vulgaridad o, cuanto menos, de su cotidianidad, queda en un segundo plano; el objeto material queda en la periferia del proceso semiótico, el cuál, al ganar en profundidad, va sumiendo a la obra en el olvido en una suerte de regresión a la no-presencia. El sujeto se pierde en el lenguaje y sólo vuelve al objeto por la necesidad de referencia. El objeto en tanto que lugar de proyección de una presencia, de una identidad.
Otro matiz fundamental; el concepto de belleza queda desplazado. (creí que había quedado claro). Una proposición de lenguaje hábil, sugerente, sutil, atractiva…un acto de lenguaje placentero, si queremos, bello, es independiente de su remisión al horror, a lo desagradable, al pánico, incluso a la confusión. La belleza estructural se ha esfumado de la obra. También la belleza temática. Pero la proposición de lenguaje que la obra presenta, así como el uso que de ella haga su interpretante, pueden ser sumamente atractivos.
Lo que resbala al lenguaje; lo indecible, lo que queda en un más-allá-del-lenguaje, siempre es, en cambio, lo que reclama nuestra atención, lo que queremos someter al lenguaje. El sujeto de deseo lacaniano queda escindido al someterse al lenguaje, y se sirve de La Cosa para proyectar su naturaleza deseante. La Cosa como símbolo, como intento vano de un metalenguaje de lo indecible, de lo no aprehensible lingüísticamente. Aquello que interpela a nuestra naturaleza deseante, adormecida por la significación. Lo inatrapable del deseo.
Muy diferente a Wittgenstein, quien decía: “...lo que puede decirse, puede decirse claramente. Lo que no puede decirse, hay que dejarlo en silencio”. A esto Lacan decía: “...lo que no puede decirse se define como un resto: lo indecible.
Evidentemente, la obra de arte en tanto lenguaje nunca puede abarcar lo indecible, pero sí remitirnos a él. ¿Cómo? Apelando a nuestra naturaleza de sujetos deseantes, en torno a la cuál se erige una barrera al lenguaje. A eso me refería.

11:21 AM  
Anonymous Anonymous said...

Compañero Anónimo:
Ahora sí que me he perdido. Practicamente no comprendo nada de lo que dices. Pero en medio de todo tengo la vaga sensación de que te contradices de algún modo. No me pidas que lo explique porque como te digo no entiendo apenas nada de tu comentario.
Y ahora la segunda de mis limitaciones: me resulta del todo inasible la unión de una proposición de lenguaje atractivo, sugerente, sutil, bello, placentero en relación con una obra que remita al horror, al pánico, a la confusión, a lo repugnante. Si me hablaras de una proposición de lenguaje efectiva en la consecución de tales respuestas emocionales...por ahí tal vez pudiera seguirte. Supongo que algo así es lo que pretende un Damien Hirst, por ejemplo. Pero ni remotamente puedo pensar que Hirst o cualquiera de los que se mueven en su onda producen proposiciones de lenguaje sugerentes, sutiles, placenteras, etc. Admito que ésta puede ser la tercera de mis limitaciones en el día de hoy.
Un saludo.
Bárbara.

4:30 AM  
Anonymous Anonymous said...

Por otra parte creo que se debe clarificar las evidentes distinciones entre "resbalar al lenguaje", "lo inhaprensible al lenguaje" y "lo inefable". Lacan sí lo usa correctamente, lo inefable es en todo caso un resto pues si se usa como categoría "lo inefable" como "lo oscuro" se hace un uso incorrecto. Lo que en absoluto puede ser dicho no es lo mismo que lo que no puedo expresar o aprehender con el lenguaje. Lo misterioso no es inefable sino lejano o difícil. ¿hay entonces algo inefable? A mi solo me surge la primera frase del Tao te king "El Tao que puede nombrarse no es el verdadero Tao"

1:43 PM  
Anonymous Anonymous said...

Muy estimulante vuestro debate sobre la estética y la semiótica de la obra de arte, pero a mi me gustaría incidir en los actores de este proceso y en la época en que se da este debate ¡que no es igual a otras épocas! Parafraseando: "la mayoría de los tasadores han perdido la capacidad de dejar ingenuamente que la obra actúe sobre ellos. El gusto estragado juzga a partir de puntos de vista secundarios, como lo insólito, lo raro, el condimento picante o exótico. si el artista se deja arratrar a esto, creará en el mejor de los casos para especialistas". Aquí se deja ver incultura, pobreza y alejamiento de las musas y también creo yo un oculto desprecio por el hombre, por el no especialista que no está "informado". Y como dicen en China y es obvio en nuestro caso: "Lo más grande va de la mano con lo más pequeño, lo mediocre va solo"

2:16 PM  

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