Wednesday, November 15, 2006

Experiencia estética: Richard Avedon



Experiencia estética: Richard Avedon
Ronald Fisher - Beekeeper


Esta experiencia la tuve ante una fotografía de Richard Avedon (1923-2004), un retrato de su serie In the American West 1974-1984.
Este retrato se titula Ronald Fisher, apicultor. Davis, California, 5 de septiembre de 1981.
En primer lugar sentí rechazo, estaba ante algo desagradable, feo. Un hombre en toda su desnudez se veía plagado de abejas, un insecto que sabemos puede picar hasta producir mucho dolor sobre todo si es esa cantidad como la que él tenía sobre su cuerpo.
¿Por qué esta fotografía me produce estos sentimientos?
Lo que más me llama la atención es que el hombre está desnudo, el artista nos presenta al personaje sin nada entre él y los insectos. Por el título sabemos que se trata de un apicultor, una persona familiarizada con las abejas, que por su profesión sabe tratarlas y que no debe de tener miedo ante el animal que le da de comer. Pero un apicultor nunca está desnudo cuando saca la miel o trata a las abejas. La blancura de su piel y su falta de vello hace destacar a este pequeño animal oscuro.
El cuerpo del personaje también me resulta llamativo, es un cuerpo poco musculoso, más bien flácido como nos muestran las estrías de su barriga. Lo contrario a los modelos publicitarios de hombres musculosos, fuertes, brillantes e irreales.
Avedon nos muestra a Ronald Fischer tal y como es sin efectos, ni maquillajes, sin ni siquiera la ropa que es uno de los signos de humanidad frente a la naturaleza. Estamos contraponiendo la naturaleza salvaje frente al humano precisamente despojado de sus herramientas y vestiduras.
Otro factor determinante es el número de abejas, no sentiría lo mismo ante este retrato si el hombre tuviera una sola abeja sobre su cuerpo, es la cantidad de ellas y su riesgo ante la picadura lo que nos hace sufrir. Sabemos que este insecto es uno de los símbolos de comunidad frente a la individualidad del personaje.
Sin embargo, el rostro es contenido, no trasmite sentimientos de dolor, quizás si de aceptación, de adaptación y conformismo. La mirada denota cierta tristeza, y parece limpia y honesta.
Esta paradoja es quizás lo que nos produce más inquietud: ante una situación que para la mayoría de las personas sería tensa y desagradable la mirada de Fischer es de neutralidad y naturalidad.
Los aspectos técnicos que utiliza el artista contribuyen a resaltar lo anteriormente expuesto:
Avedon quiere conseguir impactarnos con esta imagen, para ello utiliza fotografías de gran formato, con una iluminación natural, con un fondo blanco, sin nada que nos lo contextualice y manteniendo la base más velo. Además la colocación de los retratos se hace coincidiendo la mirada del espectador con la del retratado, por expreso deseo del autor.

Conclusión

Lo que más me llama la atención de este retrato es la contraposición entre una técnica en la que predomina la sencillez y la naturalidad, frente a la gran expresividad conseguida en cómo ha sido tratado el personaje de manera formal.
Avedon según mi punto de vista ha conseguido de un hombre cotidiano que en apariencia podría ser anodino, presentarnos un personaje con una gran fuerza interior, poniendo en relevancia precisamente lo impactante de lo real y lo ordinario, y convirtiéndolo así en algo insólito.
Él nos estaría mostrando cómo los personajes reales pueden ser mucho más interesantes que los modelos inventados. Además de reivindicar para éstos un lugar en la historia de Norteamérica. Este autor nos presenta cómo cada hombre y mujer tienen su historia personal que los hace únicos e irrepetibles en este mundo deshumanizado, desorientado y fugaz. La dignidad del hombre debe de estar por encima de todas las cosas independientemente de su posición social y económica.

Carmen Jiménez

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